Tengo

El paso ajeno fue el destino de su infancia;
sus ojos,
no dejaron de brillar.

La luz se entrometió;
fueron sus dedos pintados
quienes guiaron el camino de su lucha.

-Aquí es,
aquí debo estar.

Una línea de sangre dejaba a su paso;
las flores
la podían oír gritar:

-¡Este mundo es un pedazo!
-¡Ya no hay nada! ¡Ni hay mas!

El mar calmaba sus llagas,
un momento, un instante;
fantástica sinfonía
de sus pechos de metal.

Caminando por el rostro
de una imagen ya perdida,
sus sueños,
se volvían de cristal.


Sus pies no salían del fuego
¡era su mente quien la traicionaba!
¡era una razón
o dos
o mil!

- tengo, tengo, tengo, tengo, tengo, tengo, tengo,
  tengo, tengo, tengo, tengo, tengo, tengo, tengo...
  tenia que…

hacer 
un poema
y un cuadro.

tengo que ser,
tengo que estar,
el momento ya no existe…