23/06/06

Fundamentos de la pintura artística

La creación de la obra debe surgir primero como una necesidad espiritual.
El contenido de la obra es la causa de lo que se expresa, debe tener vida propia y expresar una verdad absoluta de pensamiento y sentimiento; no debe ser un superficial reflejo de la realidad visible.
Es por eso tan importante conocerse bien, para saber a donde se quiere llegar, y por donde se quiere caminar.
Así, la obra debe tener un profundo trabajo tanto de idea como intelectual, para que el resultado no sea una casualidad.

El trabajo de idea consiste en buscar elementos que expresen la necesidad espiritual, mientras que el trabajo intelectual busca la mejor manera de armonizar estos elementos de modo que la obra resulte en una representación puramente estética. Es entonces la idea una necesidad espiritual y el intelecto una necesidad estética.

Para llenar la necesidad estética hay que tener en cuenta los siguientes puntos:

• Mundo evidente

La razón se basa en el mundo del realismo visual (se dibujan las cosas como realmente son). El arte naturalista (o arte basado en el realismo visual) estanca toda probabilidad de un desarrollo creativo, es por eso que se debe de suprimir todo conocimiento establecido para materializar una percepción pura.

Si se parte del mundo real, se debe poner especial atención en como se arman los elementos, para lograr expresar un mundo sugerente (realismo visual aportito). La naturaleza se debe a adaptar a nuestro lenguaje, de lo contrario la obra será mediocre y sin creatividad.
Para esto hay que evitar los lugares comunes (lo que siempre hace la gente), los tradicionalismos (todas las cosas ya establecidas) y el cerebro estrangulado (usar demasiado la lógica).
También hay que separarse del color local (color del objeto sin luz ni sombra) y del color ambiental (el color como lo que realmente es).

Todos estos principios pueden ser utilizados siempre y cuando jueguen un papel en la obra, aunque cabe mencionar que la separación personal de los mismos resulta en un aporte al criterio pictórico.

Por otra parte, hay ciertos principios que ayudan a que la obra sea sugerente y no evidente.

• Mundo sugerente

El mundo pictórico sugerente no tiene que ver con una academia formal, mas si se basa ella. Este mundo puede o no acoger principios de la academia, como siempre, esto depende de la intención del artista.

El contenido de una obra puede ser existente o inexistente, basándose en la tesis “La imagen es solo un pretexto”.
La imagen visual de una obra no es más que un pretexto para la expresión de todo un mundo profundo de necesidades espirituales y estéticas.
Estas necesidades se traducen del subconsciente al conciente por medio del realismo intelectual (se dibuja lo que se sabe del objeto y no simplemente lo que ve).

Según mi punto de vista, el color circunstancial es el principio más importante en una obra. Este se basa en el color según la necesidad que el artista tenga.

A veces una obra se llena con demasiados elementos que resultan en la perdida del mensaje. La esencialización de elementos ayuda a desarrollar mejor el mensaje; cada elemento de la obra debe tener una función que ayude a resaltar la idea de la obra.

La esencialización de los contenidos, como también la estilización y la deformación de las formas, ayudan a desarrollar la creatividad de la obra, impregnándola con metáforas que se traducen en la necesidad espiritual, llenándola de poesía, sueños, fantasía, etc.

A comparación del mundo evidente, el mundo sugerente posee una gran versatilidad que permite al artista hacer prácticamente cualquier cosa, de cualquier modo y con cualquier idea.
El mundo evidente permite solo la representación de una realidad visible, en cambio el mundo sugerente permite la utilización del mundo evidente solo como un pretexto para ayudar a la idea, así como la representación de un mundo según la percepción del artista.
En pocas palabras, el sujeto de la obra puede ser la creación total del artista, y es precisamente este mundo el que hace al arte tan hermoso y libre.

Cada uno de los principios, tanto del mundo evidente como del sugerente, pueden ser muy utilizados siempre y cuando este argumentado el porqué de su utilización; como mencione anteriormente, si estos principios son utilizados al azar, la obra se vuelve una casualidad.

Mas la idea por si sola no hace a la obra. En el trabajo intelectual también se toma en cuenta la técnica.

• Técnica

El arte no puede darse sin su medio físico; la técnica.

Como todos los demás principios ya mencionados, la técnica también debe ser un pretexto para la expresión del mensaje (o idea) de la obra, y otra vez, debería de basarse en el mundo sugerente, por que de nada sirve tener una técnica formal impecable si se cree que esta es todo.

Según la tesis “La imagen es un pretexto”, la técnica pasaría a ser otro elemento más para acentuar la idea del artista. Pero la idea no puede llevarse a cabo sino tiene una estructura.

La composición es la técnica de distribuir armónicamente los elementos de una obra para lograr un equilibrio visual (proporción); se puede armar de la realidad, de la fantasía o de la teoría ya establecida. El espacio, el diseño, el color, todo entra en consideración al momento de estructurar la composición; es un todo.

El aporte del color a la estructura se basa en la teoría del color.
Esta permite darle balance a la obra; los colores calidos pesan mas a la vista que los colores fríos. El uso de colores complementarios es una gran herramienta para acentuar el punto focal.
Para que una obra sea agradable a la vista, los colores deben de estar valorizados (deben poseer el mismo grado de intensidad)

Dado que el espacio pictórico no es solo un soporte, todas las formas deben de estar integradas al elemento protagónico. Cada elemento del “fondo” debe servir para ayudar a la idea; cada elemento de la obra tiene una función.

La técnica como pretexto la debe definir cada artista según su necesidad de expresión. Por medio del trabajo y la investigación, poco a poco el artista va definiendo su técnica.

El accidente es importante, pero se debe de trabajar para que se convierta en una técnica.
Al confiar solamente en el instinto, el artista no puede ser constante en su trabajo, pero cuando el trabajo es a base del instinto y el intelecto, el artista puede estar creando continuamente, sin necesidad de una “musa”.